Cuando era pequeña ,me gustaba leer, "Rastro de Dios".Lo leía casi todas las semanas.
Es una historia enternecedora y preciosa de un angelito, chiquitín, y que no sabía volar, pero que sorprendentemente, DIOS, le tenía reservado una tarea "estelar".
Aunque yo, era pequeña..., ya presentía,
que esto era, para todas las vidas de los hombres, una realidad.
¡Todos estamos destinados a cosas grandes!
¡tú también eres especial!
jueves, 28 de enero de 2010
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